Caminar sediento de palabras alentadoras, de oportunidades fortuitas, de la sinceridad de alguien que te entienda y te aprecie sin intereses independientes. Son estas algunas de las causas de vacíos y fuentes de fracasos que experimenta el ser humano en este diario vivir. La vida teje con manojos de situaciones las experiencias de cada ser y el trayecto para conseguir los sueños que cada uno se ha forjado.
Es por eso que nos endurecemos y renovamos nuestra piel para poder pasar la travesía y prepararnos para las próximas.
Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos creído seres invencibles e inmortales, pues nos olvidamos que el tiempo pasa dejando sus huellas, huellas que no volveremos a pisar. Nos creemos un producto terminado sin ni siquiera saber reconocer nuestros errores y nuestras debilidades ante una situación compleja.
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Me alegra volver a leerte mujer...en horabuena!