María Cabral

 Cansados mis ojos
De ver el camino,
Por donde te fuiste
Y jamás volviste.

Triste está mi alma,
Mi sueño se ha ido
Y pienso que ya
Me echaste al olvido.

Tu ausencia me agota,
Me quita el aliento,
Aunque no sé cuanto
Esperaré en silencio.



Dulce es el momento
Mientras te recuerdo,
Cuando a mi cuerpo
Llenabas de besos.

Por si un día regresas
A tocar mi puerta,
Cultivaré rosas
Y entre otras cosas…

Recogeré estrellas
Caídas del cielo,
Las pondré en mi puerta
Para que te indiquen
                                Cuál es tu sendero.                                

María Cabral


Vuelas con ansias,
con alegría
y con esperanza
de volar más alto cada día.

Sueños y anhelos
alberga tu pecho,
Quieres llegar lejos
y ser como águila
en el firmamento.

Pero vuelas sola,
las demás se han ido,
por rumbos distintos
y desconocidos.

Mientras tú, sin nido,
sin espacio fijo,
Vuelas sin aliento
y sin un suspiro.

Te sientes cansada,
tus fuerzas se agotan,
Tus días se acortan
y sólo en tu alma
Quedaron tus sueños,
con las alas rotas.

Ave sin nido,
¿qué te ha vencido?
Se expira tu aliento
sola y sin amigos
Que te den abrigo.

Ave sin nido,
se cierran tus ojos
Pensando quizás,
era tu destino.
María Cabral

 Eres dulzura, paciencia y ternura,
 amor dedicado que da lo que tiene
 sin esperar nada a cambio.

Eres una flor, pero sin espinas
que desprende aromas desconocidas.
Tu labor en el mundo
da continuidad  a la obra de Dios
al permitir nacer
de tí un nuevo ser.

Eres cuidadosa, la mejor maestra,
 pues con tu amor, logras dedicarte y
transformar lo rústico en  obra de arte.

 Siempre luchadora e incansable,
 Madrugas con deseos de mimar temprano
 A lo más preciado,
Tus hijos dorados.